martes, 3 de noviembre de 2009

La Maquina de Dios

Desde que tengo uso de razón (si es que alguna vez he utilizado tal cosa) he sido propenso a abonar ciertas teorías conspiratorias, debo confesarlo. Seguramente por haber crecido junto con la dictadura militar y su asesina censura, tuve que aprender desde niño a bucear entre la basura para buscar un poco de verdad. Esta generalmente nos llegaba desde algún fanzine, algunas historietas o publicaciones que desde el humor nos contaban del horror que estábamos viviendo, o en las letras de esas canciones que aprendimos a descifrar, haciéndonos un poco cómplices del heroico autor que a riesgo de perder su vida y la de los suyos nos develaba entre poesía, fantasía y un lenguaje obligadamente encriptado la mas cruda realidad, que por aquellos años superaba ampliamente las crónicas mas negras que Poe o Hitchcok hayan podido imaginar.



Y así fuimos creciendo, mirando varios noticieros, leyendo todos los diarios, escuchando mucha radio y sacando conclusiones entre líneas. Mas que tediosa tarea compartida con toda una generación pensante habida de saber que pasaba, por mas nefasta que fuera la verdad es siempre la verdad, y nosotros preferíamos saberla. Hoy los tiempos han cambiado, aparecieron los grandes multimedios, Internet, las grandes multinacionales, etc. Pero, la manipulación de la información lejos de desaparecer se ha ido perfeccionando junto con los estudios de mercadeo, las encuestas, los comerciales, en fin, el consumismo y una suerte de propaganda nazi recargada que se fueron modificando para convertirse en elementos muy útiles a la hora de “marcar tendencias”.



Un termino muy utilizado hoy en día es “lider de opinión” ¿Quienes son estos tipos? Gente iluminada que piensa como debería pensar la mayoría, la masa, y que son tan solidarios que nos dicen para donde ir, que leer, que comer, que pensar… Pero ese no es el tema de hoy.



Bueno, el caso es que hoy sentí mucha curiosidad y mi reflejo condicionado activo la desconfianza cuestionadora e investigativa nivel 10 y ahí empezó todo, con este asunto de recrear el Big Bang o el Big Badabum como diría Leeloo, el personaje de dreadlocks anaranjados que interpreto Milla Jovovich en “The Fifth Element” (El Quinto Elemento). Ya es por todos sabido que unos científicos locos crearon un aparato cuyo ostentoso nombre es Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) la explicación más rasa y mundana de su funcionamiento es que son dos haces de iones de oro, acelerados casi a la velocidad de la luz y colisionando frontalmente, actividad que genera una inmensa cantidad de calor y nuevas formas de materia, o algo así.



El interés de la comunidad científica consiste en que el aparato puede recrear el estado del universo unos momentos después del Big Bang y lo que se espera descubrir con la experimentación es si el Bosón de Higgs existe en realidad, qué es la materia y cuál es su origen, entre otros interrogantes. Me llama la atención lo del Bosón de Higgs, porque lo llaman "la partícula divina", y mi mente es tan superficial como excitable. Los titulares de los diarios, de los noticieros, y cuanto programa tuviera un viso de realidad o fantasía hicieron referencia hasta el hartazgo a la puesta en marcha de La Maquina de Dios con frases como: “La "Máquina de Dios" tiene en vilo al mundo científico”, “El colosal acelerador de partículas se pone en marcha en la frontera suiza. Sus datos podrían develar misterios sobre el origen del universo. Costó casi 4.000 millones de euros”, “algunos científicos creen que el LHC puede crear un hoyo negro que devorara al planeta entero”, “Los científicos reticentes al LHC creen que las colisiones de protones provocadas por el acelerador de partículas para recrear las condiciones del universo inmediatamente después al Big Bang, provoquen minúsculos agujeros negros que al agrandarse absorban toda la materia que los rodea” y ya con esto es suficiente para que cualquier persona normal entre en pánico, pero gracias a los políticos argentinos tenemos nervios de acero y podríamos marchar desarmados y en bolas a Oriente Medio sin que se nos altere el pulso.



Los defensores de este Kohinoor tamaño hiper-extra-large aseguran que el LHC penetrará en los misterios pendientes de la materia y el inicio del universo, hace 13.700 millones de años. Este colosal instrumento, en el que han trabajado unos 5.000 físicos e ingenieros desde hace más de una década, es el mayor proyecto científico de los últimos años y esperan "hallazgos que cambiarán nuestra visión del mundo y en particular, su creación". Desde 1996, la CERN ha construido a 100 metros bajo tierra cerca de Ginebra un anillo de 27 Km. de circunferencia, enfriado durante dos años hasta situarse en los 271,3 grados centígrados, es decir, 1,9º C más que el cero absoluto. Alrededor del anillo se han instalado cuatro grandes detectores, en cuyo núcleo se producirán grandes colisiones de protones (partículas de la familia de los hadrones).



El LHC alcanzará el 99,999% de la velocidad de la luz, de unos 300.000 Km. por segundo. A máxima potencia, 600 millones de colisiones por segundo generarán el brote de partículas, algunas de las cuales nunca han sido observadas hasta ahora. Para seleccionar los 15 millones de gigaoctetos de datos recogidos anualmente, once centros distribuirán la información en bruto a 200 instituciones del mundo, que la analizarán y archivarán. Entre los detectores, el Atlas y el CMS han sido diseñados para escudriñar el llamado Bosón de Higgs, una partícula elemental que dotaría de una masa a otras partículas. Su ausencia sacudiría la física teórica. "Hay una fuerte probabilidad de que el bosón de Higgs pueda ser observado", defiende Yves Sacquin, del Instituto francés de Investigación sobre Leyes Fundamentales del Universo (IRFU). En realidad cabe la posibilidad de que el universo funcione de una manera cíclica, y que este experimento demuestre que, antes del Big Bang, un segundo antes, algún ser en alguna parte del cosmos puso a funcionar una máquina similar a la nuestra, y nosotros estamos recreando el Big Bang de otros seres inteligentes, y que a su vez en algún universo paralelo otros seres crearán una nueva máquina y así.



Pero, para bien o para mal a la famosa “Máquina de Dios” le encontraron una falla y no se va a poder usar al menos por dos meses. El problema es que tiene una avería en el acelerador de partículas ¿vio?, justamente lo que traería las respuestas sobre el origen del cosmos. ¿Será que Dios no quiere que sepamos cómo fue creado el Universo? El acelerador de la máquina empezó a funcionar el 10 de septiembre pero duró sólo una semana porque los que manejan este aparato prefirieron apagarlo cuando encontraron un problema eléctrico. Después, se volvió a poner en funcionamiento, pero tuvo que ser dado de baja nuevamente.



¿Estaremos dispuestos a aniquilarnos en pos de descubrir como nos crearon? Irónico y contradictorio, seguramente la respuesta es si ¿Será lo que dicen que es este supuesto acelerador de partículas? ¿O lo que buscan los científicos, financiados por las grandes potencias mundiales es un portal que los saque de aquí antes de la gran catástrofe final? ¿Tanto riesgo, inversión y años de trabajo para certificar una teoría? Y así podría estar hasta mañana sin obtener respuestas, al menos por ahora… Hasta la vista, Baby…

No hay comentarios: