martes, 3 de noviembre de 2009

Dia del ¿Periodista?

Cada año debo soportar estoicamente, aunque no sin poco asco, la celebración del “Día del Periodista”, fecha en la cual, los que ejercen esta devaluada profesión se empeñan en enaltecerla, en subirla a un pedestal sagrado que desde hace años le queda grande, nombrando sin ruborizarse próceres y prohombres que ofrendaron su vida por desnudar una mentira, por tomar una imagen, por escribir una crónica o simplemente por no ceder en sus convicciones. Cuando en la practica, estos mercaderes la arrastraron sistemáticamente por el fango de la obsecuencia y la mediocridad durante los 364 días restantes del año.



Estos mercenarios del periodismo, que prostituyen su pluma, su voz y su conciencia al mas bajo precio que la globalización impone, tienen la desfachatez de pronunciar con sus inmundas bocas, y escribir con sus obedientes dedos, palabras tales como “Independencia”, “Ética”, “Verdad”, “Moral”, “Objetividad”, etc. Palabras que expresadas por estos correveidiles decadentes, privados del mas mínimo romanticismo, suenan como una ráfaga de metralla en Tierra Santa. Estos seudo periodistas, que han hecho de la mentira y el engaño un estilo de vida, han perdido de tal forma la coherencia y el sentido de la realidad, seguramente empantanados en sus propias heces, que todavía creen que repitiendo cada 7 de Junio lo que el protocolo indica, expiaran de algún modo sus culpas, y la gente todavía les comprara su fingida vida consagrada a los santos evangelios del periodismo.



Yo les digo a estos sicarios, asesinos de la verdad, la moral y la ética, que ya nadie les compra su discurso “Políticamente Correcto”, nadie cree sus mentiras, ya todos saben que han tomado la profesión como un kiosco de favores políticos, como un toma y daca económicamente redituable. Pero, al parecer se han perdido de tal modo en su propio laberinto que terminaron creyendo sus propios embustes, sin percatarse de que se encuentran en el escalón mas bajo de la dignidad humana. Pero ¿que importa? mientras la voz suene bien, mientras la música entre en el momento justo y cree un alo de solemnidad, mientras salgan en la foto junto al poderoso de turno, mientras sigan llegando cada 7 de Junio las invitaciones a los eventos organizados por las necesarias instituciones cívico/militares que homenajean cada año a los que ejercen tan noble profesión, mientras los cheques sigan llegando en fecha, mientras los auspiciantes estén conformes, lo demás es casi una mala anécdota que nadie quiere escuchar.



Yo los leo, los escucho y los miro, y me avergüenzo de tener como colegas a estos Judas de los medios, no los felicito, no estrecho sus manos, no los admiro ni les creo…

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