martes, 3 de noviembre de 2009

Desidia

¿De donde nacerá esta mirada exhaustiva, inquisidora y curiosa? ¿Porque no puedo solo mirar? contemplar desde el crimen más cruel hasta el beso más puro sin que una avalancha de sentimientos me profane los sentidos. Que fin perseguirá esta inquietud nunca saciada, bendita o maldita que me enfrenta con este tiempo, contemporáneo de miserias brevemente eternas, lejano oeste sin reglas reencarnado en un norte caluroso y olvidado.



Llevo siglos sin ver a alguien que lo mueva un pensamiento lírico o empírico. Filántropos o mecenas de leyenda que compensen tanta desidia secular de parte de quienes tienen que enseñar o alentar a ese que muestra algo mas que signos vitales… Alguien que logre interesar al ser más entrenado en control remoto, birra y bailanta ¿O será que esos nobles personajes solo constan en los libros que ya nadie lee?



No hace falta recurrir al tarot marsellés para profetizar un presente autista, ignorante y conformista, trailer de un futuro sin memoria, casi sin historia, sin referencias ni referentes claros, ni oscuros… La humanidad dejo de ser humana para ser solo gente, individuos en un “todos contra todos” en pos de lo “tangible”. En esta paradoja nos movemos algunos sin conformarnos, vislumbrando siempre esa segunda ciudad, ese lado divino olvidado, como las alas que perdimos por orgullo, como habitantes inexorables de un territorio mental signado por la ausencia de esas cosas “intangibles” que nos complementan.



Amanece mas temprano, los días ya no son tan largos, los meses pasan con un vértigo engañoso, ni que hablar de los años. En mi camino aprendí a reconocerme peregrino, esa es mi esencia, mi equipaje es mínimo, lo imprescindible lo llevo dentro y define mi búsqueda, como una brújula que me indica la forma de encontrar el sendero de regreso a mi hogar…

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