martes, 3 de noviembre de 2009

El Caso Messi

El ingenio popular nunca descansa y aflora en los peores momentos, como una suerte de antídoto contra todos los males de este mundo. La pulga Messi, el mejor jugador del mundo, la quintaesencia del fútbol mundial no pegó una ni por casualidad, ni esbozó una sonrisa, ni grito un gol, ni canto el himno, ni se divirtió. De nada sirvió que le pusieran “los socios del silencio” que pidió, como Pablo Aimar. Ni tampoco sirvió que le mojaran el césped de la cancha de River Plate para asemejarla a la superficie del Camp Nou, tal como se lo sugirió al cuerpo técnico nacional para que el pibe de oro se sienta “como en casa”. En realidad nada sirvió, no sirvió siquiera que le mojaran sistemáticamente la oreja brasileros, paraguayos y peruanos para que “Lio” finalmente se despierte del sueño Euro-peo que vive desde su adolescencia.

En los últimos días, un batallón de periodistas deportivos se devanaron los sesos tratando de explicar el mal desempaño futbolístico de este “mal clon” del Messi que se ve brillar en el Barcelona por TV, tarea difícil si las hay. ¿Cómo se explica que el mejor del mundo no la vea ni cuadrada? Claro, es mucho más simple explicar porque “El Ogro” Fabbiani tiró un taco y se desnucó, o porque Krupoviesa acierta dos de veinte centros al área, o porque “El Burrito” Ortega juega mejor cuando se concentra en Esperanto con un par de pumas de bengala y un vino tinto natural que cuando lo hace con sus compañeros de equipo.

Una periodista española, enviada por el Barça para cubrir el partido Argentina/Uruguay intento explicarle a Fernando Niembro como hay que tratar al Golden Boy para que rinda como un Mercedes Benz 0KM. “A Messi lo conozco desde que llego al Barça, en esa época el tenia 16 años y desde aquel entonces lo he acompañado a lo largo de toda su carrera” se jactaba la bella periodista española, que no recuerdo el nombre pero si su apariencia, y siguió “en la Selección Argentina no saben cómo sacar lo mejor de él, Messi necesita que el equipo potencie sus habilidades, tiene que estar bien rodeado y no que toda la responsabilidad pase por el” sentenció. Bien, Aleluya, Messi necesita que el equipo juegue para él, que no lo hagan correr mucho, que no lo presionen demasiado, que no le pidan que cabecee, que no lo hagan gritar los goles (si es que hacen alguno, cosa difícil) y que fundamentalmente lo “dejen ser” como diría John Lennon.

Okey, supongamos que Diegote le cumple un capricho mas a la virtuosa Pulga Messi y le arma un equipo a su imagen y semejanza “para asistirlo en todo”. ¿Qué pasa si aun así, el introvertido genio no funciona? ¿O si se lesiona en primera fase de la Copa del Mundo? ¿Nos volvemos? ¿Llamamos de urgencia a Riquelme? Sobre este dilema, estudiosos del fútbol todavía no encuentran una respuesta satisfactoria, y prefirieron seguir jugando a la Play.

Pero, por ahí, la nueva línea de heladeras con freezer lanzada al mercado Europeo por Lío explica cual es su principal defecto…



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