miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ese Gran Misterio;"La Mujer"

Voy a dedicar el resto de mis días a investigar (como tantos otros antes) ese gran misterio de la humanidad llamado "Mujer". No sera tarea fácil,de ninguna manera,pero si le dedico al menos 20 horas diarias durante los próximos 30 años quizás logre armar al menos una sinopsis.Uno de los capítulos fundamentales estará dedicado al estudio de "Esa Innecesaria Deshonestidad" que las féminas utilizan impiadosamente en ocasiones,si se quiere, banales.Un simple "No" estaría mucho mejor,y siempre esta el recurso de decir la verdad...Para variar ¿Vio? algo que les esta costando cada vez mas.Este es solo el comienzo de un largo camino.Arranco mal trecho,pero el tiempo es una anestesia poderosa...Continuara...

lunes, 11 de enero de 2010

Just Around The Corner

Ahí te encontré, justo al doblar la esquina. Lo que hacía de ese encuentro casual, después de tantos años, algo inevitable. De todos modos no te enfrente, me hice el gil, fingí que atendía una importante llamada al celular y mire para otro lado. Era preferible centrar mi mirada en la pantalla vacía del teléfono, desde hace tiempo huérfano de llamadas y mensajes de texto, que arriesgarme a mirarte directo a los ojos y buscar, tal vez inconscientemente, vestigios de un pasado mejor. O lo que hubiera sido peor, desafiar tu mirada y no encontrar ni rastros del amor que hubo un día, ni una gota de cariño, ni siquiera de enojo y tener que darme cuenta que nada quedo.

Por lo poco que te conocí en nuestros diez años de convivencia, intuyo que tal vez utilizaste la misma táctica que yo. Que preferiste sostener esa mirada perdida, acompañada de tu mejor cara de orto, rasgos tan característicos en vos, antes que arriesgarte a sostener el mas mínimo dialogo conmigo. No te culpo, nuestra última etapa fue una larga agonía, tan inevitable como predecible. Para vos ya no quedaba ni el consuelo de satisfacer nuestros instintos más básicos, te cansaste de repetir esos vanos intentos rutinarios por sostener tibio el calor de antaño y solo restaba decir adiós. Por mi cobardía o porque siempre fuiste la mas fuerte de los dos, te deje esa responsabilidad a vos. Y la cumpliste a rajatabla, sin un adiós, sin lágrimas, sin reproches. Tan solo saliste en tu horario habitual, con tu inconfundible look desprolijamente cuidado como todos los días. Solo cambio un detalle, no volviste nunca más.

De este indeseado encuentro me quedó impregnado en los recuerdos tu perfume, ese que te ponías por las noches luego de bañarte. Es extraño, solía pensar que ni siquiera en la piel de una Diosa griega ese perfume tuyo podría oler mejor. Que mas da, todo se termina alguna vez, eso lo sabe cualquiera que haya vivido y yo debo seguir inexorablemente inventándome un camino. Trato de despejarme, sacudo fuerte la cabeza y miro al cielo como buscando oxigeno y acelero el paso. La vibración del celular, que ahora si suena, me sobresalta y miro esperanzado el display. Pero no sos vos, solo una inoportuna oferta de saldo doble y mensajes de texto gratuitos por una recarga. Maldigo a Personal, al calor, a Dios. Trago saliva, paro un taxi y me voy, alguien me espera…

jueves, 5 de noviembre de 2009

La Crónica,Una Escritura a la Intemperie

La crónica, en femenino, relación ordenada de los hechos; y en masculino, lo crónico, como enfermedad larga y habitual, se instaura hoy como forma de relato, para contar aquello que no se deja encerrar en los marcos asépticos de un género. ¿Será más bien que el acontecimiento instaura sus propias reglas, sus propias formas de dejarse contar? La crónica, de alma antigua, irrumpe en el concierto armónico de los relatos gobernables y asimilables a unos límites precisos. Su ritmo sincopado transgrede la métrica de una linealidad desimplicada:la crónica está ahí, rasgando el velo de lo real lejano.

Si el melodrama se instaura como forma de relato en el momento de crisis del proceso modernizador, la crónica lo hace en el momento en que se incrementan las señales del fracaso de ese proceso modernizador. Un malestar difuso se expande por territorios diversos, en ellos aparece la crónica como un texto fronterizo que cabalga entre el periodismo, el análisis social y la literatura.

Género-síntesis para contar un mundo en el que se transforman aceleradamente las nociones de frontera y de límite. Si el aceleramiento espaciotemporal es una de las constantes de la época, no resulta extraño que sea la crónica la que adquiera un estatuto privilegiado en las formas de relato, en tanto ésta es deudora de la vieja crónica de viajes. Los viajeros representan en sus crónicas las imágenes de un mundo nuevo en expansión, sus relatos proporciona ron mapas de tierras lejanas y exóticas y en su divulgación contribuyeron a construir el imaginario del otro.

El viaje, dice Albert Chillón (1999) “se convirtió en una fuente primordial de conocimiento para el entonces pujante cientificismo”. Hoy, cuando lo otro, lo diferente no está más en una isla lejana, sino en el centro mismo de la cultura “propia”, la “crónica de viajes” alude metafóricamente a un movimiento interno, a un desplazamiento por entre los intersticios que separan y unen a los diferentes en una cultura globalizada. El viajero se mueve en mundos que pueden estar en un mismo plano espacial pero cuya temporalidad diferenciada los vuelve extraños entre sí.

La crónica urbana, por ejemplo, narra las múltiples ciudades que existen en una ciudad, conversa con los personajes que van al encuentro de la cotidianidad desde temporalidades y creencias distintas. La crónica urbana se filtra en la página periodística para contar la diferencia, para abrir otras posibilidades de comunicación entre dialectos y rituales que configuran el tejido múltiple de lo social. La historia cotidiana se cuenta en los muros de la ciudad, en los grafittis que narran desde sus propios códigos la crónica del acontecimiento. Cronistas sin papel los grafiteros consignan en las paredes la desazón, la incertidumbre, la pregunta terrible por el sentido de la historia. En los muros queda tatuada la crónica efímera del desencuentro, el relato caótico de un mundo al que ya no le alcanza el melodrama para contar el tamaño de la exclusión y la desigualdad.

En otros territorios, el rock hace la crónica de un presente sin futuro. Tanto el rapero del barrio como ese híbrido transfronterizo que es Manu Chao que se declara “periodista musical” (Curiel, 1999), narran esas “pequeñas historias” de todo aquello que los relatos consagrados no consideran digno de contar, por ejemplo cuando un pequeño de trece años rapea en Caracas;

Te lo juro pana
Que la leche está más cara
Que la marihuana
Que la cocaína, que la medicina,
Que la Coca Cola, que la Pepsi
Cola...

Hay realidades que no se dejan contar más que a través de ese lenguaje cotidiano en el que se ha convertido la crónica, al oponerle al discurso oficial unos relatos polifónicos. A decir de Pratt (1997), “la voz y la autoridad del sujeto metropolitano se atenúan pero no hasta el punto de la disolución, sino hasta el de la desilusión”. El discurso monolítico y omnicomprensivo de la modernidad no es más eficaz para mantener codificadas y en situación de legitimidad excluyente las representaciones, aspiraciones y prácticas sociales. Las crónicas que transitan por diversos territorios han puesto en apuros a las visiones dominantes.


Rossana Reguillo

martes, 3 de noviembre de 2009

Despellejados Vivos

Que la crueldad del ser humano no conoce de límites ni fronteras parece a esta altura de la “insencivilización” humana una verdad de Perogrullo, o como diría mi vieja “una verdadera perogrullada”. Pero, la práctica siempre difiere de la fría teoría y en el terreno de batalla cotidiano las cosas pueden afectar la sensibilidad del más curtido, aunque uno tenga claro de antemano con qué clase de bueyes tiene que arar hoy en día. De hecho, cuando vi este video confieso que me descompuse, no solo se me revolvieron las tripas, sino que también se me revolvió el alma, el corazón, la cordura y la esperanza. Este es el horror que se ve en las granjas peleteras Chinas. ¿Qué clase de hijo de un container repleto de prostitutas es capaz de hacer semejante cosa? Malditos freaks, seria mas piadoso esperar que estos pobres animales mueran, o matarlos de una buena vez antes que despellejarlos vivos, si de todas formas no tiene ni remota posibilidad de sobrevivir. Hay cosas que indignan, que nos desarman y nos hacen pensar que nos merecemos ese ineludible destino que nos espera, allá adelante, solo es cuestión de tiempo…

El Caso Messi

El ingenio popular nunca descansa y aflora en los peores momentos, como una suerte de antídoto contra todos los males de este mundo. La pulga Messi, el mejor jugador del mundo, la quintaesencia del fútbol mundial no pegó una ni por casualidad, ni esbozó una sonrisa, ni grito un gol, ni canto el himno, ni se divirtió. De nada sirvió que le pusieran “los socios del silencio” que pidió, como Pablo Aimar. Ni tampoco sirvió que le mojaran el césped de la cancha de River Plate para asemejarla a la superficie del Camp Nou, tal como se lo sugirió al cuerpo técnico nacional para que el pibe de oro se sienta “como en casa”. En realidad nada sirvió, no sirvió siquiera que le mojaran sistemáticamente la oreja brasileros, paraguayos y peruanos para que “Lio” finalmente se despierte del sueño Euro-peo que vive desde su adolescencia.

En los últimos días, un batallón de periodistas deportivos se devanaron los sesos tratando de explicar el mal desempaño futbolístico de este “mal clon” del Messi que se ve brillar en el Barcelona por TV, tarea difícil si las hay. ¿Cómo se explica que el mejor del mundo no la vea ni cuadrada? Claro, es mucho más simple explicar porque “El Ogro” Fabbiani tiró un taco y se desnucó, o porque Krupoviesa acierta dos de veinte centros al área, o porque “El Burrito” Ortega juega mejor cuando se concentra en Esperanto con un par de pumas de bengala y un vino tinto natural que cuando lo hace con sus compañeros de equipo.

Una periodista española, enviada por el Barça para cubrir el partido Argentina/Uruguay intento explicarle a Fernando Niembro como hay que tratar al Golden Boy para que rinda como un Mercedes Benz 0KM. “A Messi lo conozco desde que llego al Barça, en esa época el tenia 16 años y desde aquel entonces lo he acompañado a lo largo de toda su carrera” se jactaba la bella periodista española, que no recuerdo el nombre pero si su apariencia, y siguió “en la Selección Argentina no saben cómo sacar lo mejor de él, Messi necesita que el equipo potencie sus habilidades, tiene que estar bien rodeado y no que toda la responsabilidad pase por el” sentenció. Bien, Aleluya, Messi necesita que el equipo juegue para él, que no lo hagan correr mucho, que no lo presionen demasiado, que no le pidan que cabecee, que no lo hagan gritar los goles (si es que hacen alguno, cosa difícil) y que fundamentalmente lo “dejen ser” como diría John Lennon.

Okey, supongamos que Diegote le cumple un capricho mas a la virtuosa Pulga Messi y le arma un equipo a su imagen y semejanza “para asistirlo en todo”. ¿Qué pasa si aun así, el introvertido genio no funciona? ¿O si se lesiona en primera fase de la Copa del Mundo? ¿Nos volvemos? ¿Llamamos de urgencia a Riquelme? Sobre este dilema, estudiosos del fútbol todavía no encuentran una respuesta satisfactoria, y prefirieron seguir jugando a la Play.

Pero, por ahí, la nueva línea de heladeras con freezer lanzada al mercado Europeo por Lío explica cual es su principal defecto…



La Tormenta Perfecta

No. No me refiero a la famosa película, ni tampoco a un acontecimiento climático como Katrina. La tormenta perfecta que está anunciando John Beddington, el principal asesor en materia científica del gobierno de Gran Bretaña, es de otro tipo. En 2030 seremos 8.300 millones de humanos, y la demanda de agua y alimentos superará a lo que el planeta puede proporcionarnos. John vaticina hambrunas y epidemias que corregirán el exceso de seres humanos en el planeta. ¿Qué estamos haciendo para enfrentar el problema?



John Beddington tiene una gran reputación sobre sus espaldas, y no es un ningún fumado que inventa historias para asustar a los chicos que no quieren terminar la comida. Más bien todo lo contrario, basa su trabajo en el análisis de los datos disponibles sobre consumo de alimentos, demandas de energía, cambio climático, aumento de la población, etc. Para Beddington, todos estos factores están gestando un desastre de magnitudes épicas que podrían golpear a la humanidad en 2030. Estamos encaminados hacia un escenario muy complejo, en el que el aumento desproporcionado de la población –se estima que seremos más de 8.300 millones dentro de solo 20 años- hará que, simplemente, el agua potable y la comida no alcance para todos.



La superficie de tierra cultivable aumenta cada día. La tecnología permite a los agricultores obtener cada año mayores cantidades de alimentos por unidad de terreno cultivada. Sin embargo, la velocidad con la que aumenta la cantidad de gente en la Tierra es mayor que el aumento en la tasa de producción. El agua potable, que ya es un problema en muchas partes del mundo, generará conflictos -muchas veces irresolubles- entre países vecinos. El cambio climático, la verdadera cereza del postre, puede hacer que todos estos problemas se vean enormemente agravados. Según el experto británico, en las próximas dos décadas la demanda de recursos creará una crisis con consecuencias devastadoras para el planeta. Beddington asegura que la demanda de alimentos y energía aumentará en un 50%, y la demanda de agua un 30% cuando la población mundial alcance los 8.300 millones de habitantes. Y para eso solo faltan 20 años.



El científico eligió la conferencia “Sustainable Development UK 09” (Desarrollo Sustentable UK 09) efectuada en Londres en Marzo último, como marco de sus declaraciones. “El cambio climático exacerbará los problemas de forma impredecible”, dice. “Nos estamos dirigiendo a una tormenta perfecta. No ocurrirá un colapso completo, pero las cosas comenzarán a ponerse muy preocupantes si no resolvemos estos problemas", agregó. Vamos a suponer por un momento que Beddington está en lo cierto. Al fin y al cabo, los datos que maneja son reales: la tasa de crecimiento de la población mundial prevé, efectivamente, que en 2030 seremos 8.300 millones de habitantes. Y nadie puede negar que el cambio climático ya está haciendo de las suyas. ¿Qué estamos haciendo para evitar el problema? Lamentablemente, poco y nada. Si bien existen avances en la forma en que cultivamos alimentos o potabilizamos el agua, lejos estamos de poder suministrar la cantidad de insumos que requerirá semejante población.



Beddington dice que el mundo necesitará de más plantas resistentes a enfermedades y pesticidas, como también de mejores prácticas agrícolas para hacer frente a la enorme demanda de los próximos años. Pero lo más grave es que la mayoría de los gobiernos no hace nada (al menos nada realmente efectivo) para al menos detener el deterioro de nuestro planeta. El cambio climático agravará enormemente la situación. De hecho, el científico prevé que las consecuencias de este cóctel explosivo serán guerras y migraciones masivas. Hemos ido a la guerra para obtener más territorio, por cuestiones políticas y, por supuesto, para quitarle a otro el combustible fósil que tiene en su subsuelo. No cabe ninguna duda que si escasea el agua o los alimentos nos veremos, otra vez, en medio de graves conflictos. Beddington es muy consciente de esto, y sostiene que debemos enfocarnos ya mismo en la solución al problema de los alimentos. En su opinión, una crisis alimentaria global nos golpeará incluso antes de que lleguen los efectos más serios del cambio climático.



A pesar de la crisis económica actual, los precios de los alimentos seguirán aumentando, debido a que el incremento de los niveles de vida trae aparejada una mayor demanda. No es la primera vez que un científico nos previene sobre el futuro, aunque la de ayer ha sido posiblemente una de las más dramáticas. De hecho, Beddington cree que las hambrunas y epidemias corregirán el exceso de seres humanos en el planeta. Sería, literalmente, un sálvese quien pueda. Por supuesto, tenemos una salida: ponernos ya mismo a anticipar el problema. La pregunta del millón es si lo haremos…

Nocturnal

Tu imagen me invita a soñar mil y un fantasías, hermosa Elfa nocturnal. Podría tranquilamente carecer de sexo y demás ornamentos que igual, de todas formas, la amaría. Admirando esa carita preciosa, mirándome en esos ojos de cielo azul reviviría lejos de esta Ciudad de Pobres Corazones.



¿Quién necesita del día? ¿Del molesto Sol? Nadie digno de respeto. Para mí siempre es de noche, prescindo de sus engañosos encantos sin sonrojarme, desdeño su calor y todo lo que él representa. Me quedo en cambio con la Luna, ella me acompaña en mi camino, ni siquiera el Rey Sol opaca su magia porque siempre está ahí para mí, aunque tenga que entrecerrar mis ojos para distinguirla entre los celosos rayos del iracundo Sol, ardiente de envidia.



¿Que poeta enamorado? o desamorado ¿qué escritor? ¿Qué amante se ha inspirado en el supuesto Rey Sol? ¿Que oscuro crimen, que romance tormentoso, que pesadilla, que historia fantástica transcurre a plena luz del día? obviamente ninguna, o al menos ninguna que valga la pena…



Cómplice de aventuras y sueños, de fantasías, historias maravillosas, esa es ella. “Lo que se del olvido lo aprendí de la Luna” dice entre humo y alcohol Joaquín Sabina, alguien de la noche aprendió sus trucos. A tu amparo escribo mi historia, la adorno de estrellas y me vuelvo a enamorar… Una caricia a Luna llena, su reflejo repetido en tus pupilas, en mis lágrimas y mi recuerdo con ganas de conocerte…una noche de estas…quizás…